Tus ojos, dos estrellas en la inmensidad, me guían en la noche, me llenan de paz, y cuando me hablas con tu voz, con bondad, es como si el mundo se detuviera, fugaz.
No sé cómo ocurrió, cómo empezó, pero tu risa, como un río, me envolvió, y en cada palabra que el viento llevó, mi alma se ató a la tuya y nunca volvió.
El tiempo se disfraza de eternidad, cuando en mi mente tu imagen está, y me pierdo en la dulce posibilidad, de que algún día, te fijes en mi verdad.
Es un juego, un misterio, este nuevo sentir, donde cada encuentro es un latido al vivir, y aunque aún es temprano para decidir, mi corazón me dice que te quiere seguir.
Camino despacio, en el umbral de este amor, con miedo a caer, pero anhelando el calor, de tus manos que al rozar las mías, sin temor, me llenan de esperanza y un dulce clamor.
No sé si el destino nos unirá, si este sentimiento crecerá o se irá, pero mientras tanto, mi corazón guardará, el eco de tu risa, como un sueño que va.
Porque en ti he encontrado un brillo especial, que ilumina mis días, que me hace vibrar, y aunque el futuro sea incierto y casual, en este presente, te empiezo a amar.
Atte:S.C