Desde el primer encuentro, nuestras almas se entrelazaron,
como hilos invisibles tejidos por el destino,
eras la luz que mis sombras no sabían que necesitaban,
y en tu sonrisa, encontré el calor de un hogar divino.
Hemos caminado por senderos llenos de flores,
y también por caminos oscuros de dudas y temores.
Pero en cada paso, tú has estado a mi lado,
fuerte, constante, en ti siempre he confiado.
Recuerdo esas noches largas de risas sin fin,
donde el mundo se desvanecía y solo éramos nosotras,
compartiendo secretos, sueños por cumplir,
soñando en grande, soñando a lo lejos, tan rotas.
En tus ojos veo reflejadas tantas historias,
cada lágrima compartida, cada alegría vivida,
y en cada palabra que me dices, siento el eco
de una amistad que el tiempo nunca olvida.
Has sido mi apoyo cuando el mundo me pesa,
mi refugio cuando las dudas me abrazan con fuerza,
y aunque a veces siento que me falta certeza,
tú siempre me recuerdas que la vida tiene belleza.
Juntas hemos reído hasta que dolía respirar,
y también hemos llorado bajo cielos oscuros,
pero lo que más valoro, más que cualquier lugar,
es que en tus brazos encuentro siempre un muro seguro.
Eres esa voz que calma mis tormentas internas,
la mano firme que me guía cuando siento perderme,
y en tus palabras, incluso las más sencillas,
encuentro el consuelo que solo un alma hermana puede ofrecerme.
Gracias por las veces que me levantaste,
cuando el suelo parecía ser mi único destino,
por las veces que me escuchaste sin juzgarme,
por caminar conmigo, aunque el camino fuera frío.
Eres más que una amiga, eres una hermana de corazón,
una compañera de vida en este incierto viaje,
y aunque los días cambien, y las estaciones también,
sé que en ti siempre encontraré mi coraje.
Brindemos por los recuerdos que hemos creado,
por las aventuras que aún están por venir,
por esta amistad que es un tesoro dorado,
y por el amor que nunca va a morir.
Siempre serás esa estrella que brilla en mi cielo,
la que ilumina mis pasos, aunque el camino sea oscuro,
y aunque la vida nos lleve lejos, te juro,
que nuestra amistad seguirá creciendo, sin miedo ni duelo.